Las mujeres que deseen subir su historia al sitio web de KKL están invitadas a tomar contacto con nosotros por e-mail: tamarl@kkl.org.il.
La presidenta de KKL, Yifat Ovadia Luski afirmó: "Quien miró, vio muy bien que el 7 de octubre había muchas mujeres entre quienes se presentaron sin haber sido convocadas. Hoy hemos venido a honrar a estas mujeres heroicas: las que lucharon para mantener cerradas las puertas de los refugios, las valientes coordinadoras de seguridad militar, las combatientes y las policías, las médicas y las enfermeras que salvaron cientos de vidas humanas que no sucumbieron al miedo, que no se detuvieron a descansar, que demostraron ingenio y actuaron sin dudarlo, cada una con fuerzas sobrehumanas; heroínas sionistas que están aquí, junto a nosotros, de carne y hueso. Las saludamos especialmente y con gran respeto. No instalamos aquí una escultura ni una piedra inanimada, allanamos un camino. Porque las heroínas del 7 de octubre son parte de un largo camino, que empieza mucho antes que nosotros y que continuará mucho después de nosotros."
El evento especial, que fue moderado por Linor Abargil, honró el heroísmo de 20 mujeres que participaron en él.
Nurit Cohen, voluntaria de ZAKA, señaló: "Mis amigos de ZAKA y yo estábamos en la zna contigua a Gaza y nos dedicamos a recoger los cadáveres. Cada rastro de sangre, cada hoyo en el suelo nos contaban la historia de un tiroteo, de un lanzamiento de granadas. Trabajamos día y noche para recoger todos los cadáveres y evidencias. Veo una estrecha relación entre la feminidad, el nacimiento, el resurgimiento y la plantación: ser fuertes y no rendirnos; estamos aquí para quedarnos."
La superintendenta Moran Tadji afirmó: "En cierto modo, los agentes de la Policía de Israel se sostuvieron el Sábado Negro como un muro. Hay 59 policías que ya no están con nosotros. Yo sabía que ese era el momento de darlo todo: granada tras granada, disparos de lanzacohetes cuyos sonidos aún resuenan en mis oídos. Pero sabíamos una cosa: que arriesgaríamos nuestras vidas para que no salieran de aquí, que defenderíamos la ciudad de Ofakim. Ojalá lleguen días de paz y seguridad en nuestro país."
Tali Hadad relató: "Mi hijo Itamar salió y luchó porque sabía que el objetivo era preservar su casa en su Tierra de Israel". Al oír los disparos, tomó el arma y salió. Él se fue con el arma y yo lo seguí, después de todo es mi hijo. Oímos un gran combate y vimos que avanzaba un grupo de terroristas. Vi muertos y heridos y decidí correr, traer el coche de mi casa y sacar a los heridos de allí. El primero fue mi Itamar, lo llevé y le dije: 'Mamá no se queda contigo en el hospital, voy a volver a recoger más heridos y tú sé valiente'. Así recogí a 12 heridos más. Itamar recibió cuatro balazos pero salió del infierno. El pueblo judío vive".