El Bosque de Jerusalén, ubicado al suroeste de la ciudad, es el "pulmón verde" de los habitantes de la capital. El bosque tiene una variedad de árboles, flores y animales, terrazas antiguas, restos de agricultura antigua y cuevas funerarias. KKL-JNF se abrió paso en el bosque para llegar a muchos rincones encantadores y preparó rutas de senderismo, vacaciones y parques infantiles.
El bosque fue plantado en los años 50 y 60 del siglo XX sobre unos 4.700 dúnames (470 ha) que desde entonces se han reducido, debido a la construcción acelerada y los nuevos sistemas de carreteras, a solo unos 2.200 dúnames (220 ha).
En los últimos años se observa una lucha pública para salvar el bosque. KKL-JNF implementa en él el modelo de bosque comunitario, en el cual los pobladores del entorno participan en la planificación, cuidado y conservación del bosque; de esta manera, los lugares descuidados se convierten en sitios de esparcimiento en la naturaleza y en motivo de orgullo e identificación de los pobladores con su entorno.